Año con año las empresas definen objetivos específicos para satisfacer las necesidades de sus clientes dentro de un mercado en constante cambio. Bajo este escenario, existe una alternativa tecnológica que responde a la suma de retos y necesidades en diversas industrias: la transformación digital.
El éxito del proceso de digitalización se debe a que los flujos de trabajo de las empresas se modifican al grado de que se logra llegar a la máxima eficiencia en materia de costos y productividad. Por ejemplo, los colaboradores disponen de acceso a la información que necesitan en el momento y el lugar en el que se requiere. Es decir, pasan más tiempo haciendo que buscando, permitiéndoles responder con prontitud a las necesidades de los clientes.
Los flujos de trabajo basados en papel han sido tradicionalmente el vehículo utilizado para intercambiar información entre los usuarios. Por medio de la digitalización se puede realizar la distinción entre papeles “buenos” y “malos”, es decir, implementar un proceso de discriminación de casos en los que es imprescindible utilizar papel y en los que es posible prescindir de él.
Para dar este salto de lo físico a lo digital es necesario realizar un estudio previo para revisar las necesidades específicas que tiene una empresa. Dentro de sus esfuerzos, Xerox ha desarrollado una herramienta de evaluación para ayudar a sus clientes a conocer su situación actual en lo que respecta a MPS. El objetivo principal de esta solución es medir el estado actual y el estado futuro deseado por la empresa, estableciendo un marco de referencia para comparar sus resultados con el mercado.
En suma, la digitalización ofrece un análisis de datos generados por un paquete de aplicaciones. El objetivo es dotar de herramientas a los usuarios finales a través de una evaluación de madurez en seis dimensiones: información, seguridad, movilidad, sostenibilidad, coste y productividad.